lunes, 23 de abril de 2007

La botella y el corcho V2.0beta

Generalmente soy una persona cuidadosa, que trata con suavidad, cariño y amor todo lo que posee... pero esto cambia cuando me pongo a hacer el gamba en casa de alguien.

Acabamos la noche del viernes, con mas de una y mas de dos cervezas en casa de un colega, y decidimos sacar una botella de vino del mueble bar para celebrar que era viernes 20, que siempre es un buen motivo de celebracion.

Problema: la casa de estos chavales aun no esta habitada, estan todavia en proceso de mudanza, asi que no tenian un sacacorchos.

Solucion: Pon un accentless en tu vida que tenga las ideas mas poco brillantes que puedas echarte a la cara.

Asi que alli estaba yo, con mas ganas de tomar vino que el copon, y pensando en como coño abrir la botella... pero que cojones!, tampoco estabamos ante un Muga, asi que aunque colemos el corcho para dentro no vamos a joder el bouquet del vino... Si el corcho no va para fuera, pues tendra que ir para dentro, pero el vino acaba en el vaso por mis santos cojones.

Herramienta disponible: Un afilador de cuchillos, de esos que tienen en las carnicerias, que son como una lima redonda: un palo cilindrico y metalico de unos 12 milimetros de diametro con mango de madera... la herramienta perfecta para apretar el corcho.

Y como el lobo feroz, empece a apretar y apretar hasta el corcho derribar... situo la botella en la encimera, coloco la herramienta sobre el corcho... y a poner mis 70 escasos kilines de peso sobre el conjunto.

Explicacion fisica de lo acontecido: En una botella de vino (llena, se entiende), casi el total del volumen disponible esta ocupado por el vino (vaya una mierda sino), y como sabeis los liquidos son esencialmente incompresibles.

Hay una pequeña parte de aire que esta comprendida entre el corcho y el vino, este aire, al contrario que el vino, SI es compresible.

Pues bien, cuando el corcho baja, el el unico volumen que podemos reducir es el de aire, aumentando la presion considerablemente, sobre todo teniendo en cuenta que el volumen de aire disponible es del tamaño del propio corcho (mas o menos)... y llega un momento en el que el corcho "se cuela", o sea, se abre un pequeño hueco entre el cuello de la botella y el corcho...

Llegado el momento en el que el corcho abre este pequeño hueco, la presion dentro de la botella es de 15 trillones de atmosferas, y el aire, que no es gilipollas y esta comprimido de pelotas, quiere escapar y escapa (es lo que tiene la fisica) el problema es que el aire arrastra vino, haciendo surgir en el mismo instante en el que el corcho "se cuela" un geiser de tintorro en mi puta cara.

Y esto no seria ningun problema, la cara se limpia sin problema... pero diox!, mi camisa... sentia la camisa empapada.
Pocos segundos despues, cuando recupere la vision (el vino escuece un huevo en los ojos) me di cuenta que la camisa, mis ojos y la peste a mendigo borracho que desprendia, no serian lo peor de la noche.

Ante mi se abrio una escena de caos y destruccion, habia vino por toda la cocina, COCINA QUE AUN NO SE HA ESTRENADO, RECIEN REFORMADA... bien... no perdamos la calma, el vino sale bien de los muebles, y gracias a diox, en la cocina solo estamos mi colega y yo, mi colega esta desojonandose de mi ceguera parcial, asi que bayeta en mano, y antes de que las chicas se mosqueen porque estemos tanto tiempo sin hacer ruido (si, somos como niños... y encima nos ponen brainiac), limpiemos este estropicio...

Asi limpiaba, asi, asi... y en el techo aparece de repente la silueta de mi cabeza como un vacio de tinto... Grissom lo definiria mejor, pero habia puesto el techo hasta los cojones de vino... pedi a vuestros dioses que el pintor, que habia pintado hace menos de una semana, hubiera elegido pintura plastica en prevision de que la pareja tiene amigos TORPES como yo...

Vuestros dioses me castigaron por meterme con ellos... la pintura lejos de ser plastica y poder limpiarse con una bayeta, era temple, que absorbio el vino como si fuese yo mismo.

Viernes negro... de nuevo tuve un contacto con mi sentimiento de culpabilidad, acrecentado por la cara de mi amiga, que no se reia de mi ceguera parcial, sino que miraba al cielo como el que espera llover, o como el que espera que un meteorito caiga sobre su amigo gilipollas que hace surgir el desastre de una simple botella de vino.

Y si... luego saque el corcho con una bolsa (al menos quede como un payaso creativo)

2 comentarios:

Sophie dijo...

mu mala eleccion esa pintura para el techo de la cuisine...

dile a tu amiga que asín sin quererlo has evitado lo que podía ser una desgracia aún mayor, q esas pinturas se van levantando con el vapor y es lo peor de lo peor..
ya se lo dije a mi casera de madrid, pero no me hizo caso..asín pasó lo q pasó y luego se cagó en Rita la pescatera..

mucho más fácil pintarlo ahora con la pintura apropiada que cuando ya se ha desconchau todo,te lo digo yo..y todo el mundo mundial

;)

Anónimo dijo...

Tratare de usar ese argumento en mi favor... aunque creo que su odio incondicional ya es mas que patente...:P

De todas formas, siguen invitandome a su casa, asi que no estara todo perdido